22 Octubre 2016

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Miércoles, 23 de Julio de 2014 00:04

"EN TECNOLOGÍA CELULAR SOMOS UN PAÍS CARO, ATRASADO E INSATISFECHO"

por  Periodismo365

El consultor Henoch Aguiar analiza las políticas estatales en materia de telecomunicaciones y traza perspectivas sobre las claves futuras del mercado.


El gobierno nacional, a través de la Secretaría de Comunicaciones, delineó una serie de políticas tendientes a regular el servicio, fiel a su estilo intervencionista. ¿Por qué esas medidas no significaron un cambio sustancial en la prestación del servicio?

En telecomunicaciones nada cambia de manera abrupta, porque requiere de inversión, desarrollo, maduración de tecnologías y llegada al mercado. Hubo un cambio de tendencia respecto a los últimos 10 años, desde la asunción de Norberto Berner a la Secretaría de Comunicaciones. Entre las medidas que tomó, el Reglamento de Calidad responde a una exigencia acorde al cambio de tecnología; también el estudio y propuesta del Reglamento de Defensa del Usuario de Telefonía Celular y el anuncio de la licitación. Lo que noto es que estas tres medidas van en el sentido de lo que debe hacer un regulador.

"Se necesita un Estado que incentive la competencia para que las grandes empresas no aplasten a las pequeñas"

El llamado a licitación significará una mejora exponencial en la calidad de las telecomunicaciones, que beneficiará a los usuarios, a las empresas prestatarias del servicio y al Estado. En este sentido, ¿por qué considera que se demoró tanto la decisión?

Licitar las frecuencias, solamente, no significa una mejora. Es una parte importante pero debe haber una inversión adecuada con apertura territorial, tiene que haber más competencia y no la misma o menos. Y, finalmente, un Estado que constantemente esté incentivando la competencia para que las grandes empresas no aplasten a las más pequeñas, para que esto redunde en un beneficio. Las políticas de comunicaciones son siempre integrales, esta es una buena medida pero no es la totalidad.

¿Qué responsabilidad le cabe a las empresas de telefonía móvil acerca de la precariedad del servicio actual? ¿Por qué no se terminó con la migración a 3G?

Uno de los motivos es que gran parte de los usuarios tenían equipamiento sólo con capacidad recibir servicios 2G, pero es cierto que la inversión en 3G se ha demorado mucho. En 2013, a 8 años de haberse iniciado la migración, solo el 35% de las antenas de todas las empresas del país tenía incorporado el 3G. Existe una falta de inversión en los últimos 10 años, acompañada por pérdida de espíritu de competencia que ha ido degradando el servicio al usuario. Tanto es así que, desde que se aprobó la portabilidad numérica, tuvimos el porcentaje de migraciones de empresa más bajo de todas las implementaciones de portabilidad que se conozcan en el mundo.

"Considero que debería haber, como mínimo, un cuarto operador fuerte, serio, que salga a competir la plaza"

Argentina será uno de los últimos países en incursionar en este tipo de tecnología. Sabemos también, que Brasil y Colombia lideran el alcance y cobertura de 4G en la región. ¿Cómo fue el proceso de adjudicación de espectro en esos países? ¿Cuánto considera que se demorará en alcanzar un grado de cobertura similar al del resto de Latinoamérica?

En todos los países el proceso suele ser el mismo. En primera instancia, se adhiere a las propuestas UIT (Unión Internacional de las Telecomunicaciones) que establece qué frecuencias se utilizarán para cada servicio, es una convención a nivel mundial. En forma individual, cada país reserva este espacio de frecuencias, luego llama a licitación, las adjudica y controla su cumplimento. En Argentina estaban dispuestas desde 1994, lo que faltó es precisar es que canales se adjudicarían, y presentar los pliegos. En eso tardamos más de un lustro con respecto a primeros países de Latinoamérica, de hecho el servicio se está brindando en muchos de ellos, y nosotros estamos recién anunciando el pliego para abrir la licitación de acá a unos 8 meses, de la cual surgirán las inversiones que permitirán de aquí a 2 años tener los primeros servicios en los lugares centrales. Además el 4G no es un servicio que automáticamente sea universal, se trata de la primera etapa de la inclusión digital y del uso de internet para el 95% de la población, y esto se va a dar en un periodo no menor a los 5 años.

Actualmente contamos con cuatro operadoras (Movistar, Personal Claro y Nextel), mientras que en Brasil existen 6 prestatarias. Qué posibilidades reales existen de ampliar el número en nuestro país? Esto repercutiría positivamente en la regulación del oligopolio?

Creo que claramente sí existe la posibilidad de que haya un cuarto más fornido que Nextel que tiene un 5% de la totalidad de los usuarios, y habría lugar para un quinto operador. Las recomendaciones de la UIT para los servicios celulares del futuro indican que en el 2020 deberíamos decuplicar el espacio que le estamos dedicando actualmente a los espacios inalámbricos. Es bueno que desde ahora existan más competidores en un mercado que se ha quedado quieto, con nuevos prestadores, con mayores exigencias en las reglas y con nuevas regulaciones que permitan rooaming internacional más barato, acuerdos entre operadores que permitan compartir tecnologías, hay muchas cosas que se pueden hacer para agilizar este mercado que hoy en día está castigando al usuario.

"Desde que se aprobó la portabilidad numérica, tuvimos el porcentaje de migraciones más bajo del mundo"

Entendemos que el Estado debe oficiar de garante en la prestación de los servicios públicos. Si bien actualmente la telefonía móvil no se considera uno de ellos, existen 5 proyectos en este sentido. El Estado, ¿podrá intervenir entonces en la fijación del precio del servicio?

Me parece una idea superficial. En este momento, la Secretaría de Comunicaciones cuenta con todas las normas y potestades para intervenir en el mercado y exigir que sea mucho más dinámico. En cuanto a la fijación de precios creo que sería un gravísimo error. No se puede mensurar todo lo que tiene un celular, la investigación, desarrollo y electrónica son absolutamente intangibles. A través del control de precios no se logra mayor competencia en este mercado, en otros, es discutible. Para darse una idea, desde hace un mes, China –comunista– ha decidido que los tres prestadores estatales compitan en precio para que bajen. Aunque no lo aparente, fijar un precio sería la mejor noticia que le podemos dar a las empresas que teniendo ese tope establecerían su margen de ganancia degradando el servicio.

Sabemos que usted es crítico de la Ley de Medios. ¿En qué sentido influye la Ley en la materia telecomunicaciones?

Hoy en día tenemos radiofusión y telecomunicación que dependen de dos leyes diferentes, con autoridades, requisitos de titularidad y reglas diferentes. Estos sistemas tecnológicos tienden a converger sobre todo en sus plataformas. Está muy bien que exista una ley de radiodifusión que indique cuál es la responsabilidad sobre contenidos, o que proteja la producción nacional. Ahora bien, desde el punto de vista tecnológico, tener una regla para los tendidos de cable diferente que para los tendidos de telefonía, la verdad no tiene ningún sentido ya que ambos tienen la facultad de transportar lo mismo, comunicaciones. Tratamos como diferente lo que es igual, y el derecho no puede dividir lo que la tecnología ha unido. Teniendo en cuenta que lo que importa verdaderamente es el derecho de la gente a la libertad de opción y al control de los monopolios, el Estado debe intervenir para evitar la imposibilidad de elección. Cuando la posibilidad de elección es limitada, nos pasa lo que nos pasó con la tecnología celular: logramos ser un país caro, atrasado e insatisfecho.

¿Qué escenario se plantea a partir de la Licitación?

Acá hay claramente tres empresas que van a participar, que son las ya instaladas, y hay un interrogante muy fuerte con Nextel. Considero que debería haber, como mínimo, un cuarto operador fuerte, serio, que salga a competir la plaza. Ahora bien, hay una trampa: estoy seguro que si se consulta a las Asociaciones de Consumidores y la gente en general acerca de si el nuevo prestador debería tener la obligación de estar en 5 años en todas las ciudades de más de 500 habitantes y desplegar todas las redes, la respuesta sería enfáticamente sí, para que haya mayor pluralidad. No es así, acá tenemos empresas que están desde hace más de 20 años. Si al entrante se le pusieran condiciones de tener que equiparar o superarlas, le generaríamos una carga tal que quedaría desierta la licitación. Una regulación asimétrica indicaría que al nuevo no le puedo exigir lo mismo que a las empresas que accedieron al mercado en condiciones infinitamente más favorables. Si el nuevo competidor logra disputar mercado en las principales plazas en los próximos 5 años, ya nos haría un enorme favor a todos los usuarios.

CUESTIONES PENDIENTES

¿Qué discusiones a su entender quedan pendientes?

La Argentina tiene muchísimos actores potenciales en las telecomunicaciones que han quedado ahogados. Debe haber de 800 a 1000 pequeños prestadores de WiMAX que no tienen licencia para operar. Tenemos por otra parte, 1200 cooperativas eléctricas de las cuales sólo un tercio brinda servicios de telecomunicaciones. Hay que estudiar la manera de potenciarlos y volver a generar iniciativas de telecomunicaciones sobre todo en el interior Argentino porque tenemos dos Argentina… ¿En qué sentido? Una es la Argentina del centro, que está medianamente comunicada, y otra la de la periferia que representa al 30% de la población, y que después de 3 lustros se comunica como en el Siglo XX. Es gravísimo porque la imposibilidad de acceder a la conectividad limita e impide desarrollo intelectual. El comportamiento contemporáneo debe fundarse en lo Glocal. Desde mi localidad hago algo que me diferencie en lo global. Para eso necesito estar en contacto, entender lo que pasa en el mundo. En este sentido, la conectividad debe estar al servicio del conocimiento: conectividad como base, y proyección de la inteligencia argentina en la sociedad del conocimiento como destino.

Por Silvana Festinese

 

Henoch Aguiar

FORMACIÓN

Estudió en las Universidades de Buenos Aires, Paris I y Grenoble II. Obtuvo un Master en el IAE.

DOCENCIA

Es profesor titular de "Derecho a la Información y de Comunicación Organizacional", en la UBA.

LIBRO

Autor de "El futuro no espera". Políticas para desarrollar la sociedad del conocimiento, editado por La Crujía.

FUNCIONARIO

Fue secretario de Comunicaciones del gobierno aliancista de Fernando de la Rúa, entre 1999 y 2001.

ASESOR

Es consultor en telecomunicaciones, radiodifusión y políticas digitales con su estudio Aguiar & Marsiglia.

FUENTE Y FOTO: Revista Debate

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