22 Octubre 2016

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Miércoles, 27 de Noviembre de 2013 23:04

DENGUE: LA PRIMERA VEZ GOLPEA, LA SEGUNDA MATA

por  Periodismo365



 


Si bien las autoridades nacionales, en un primer momento, desmentían su existencia, luego tuvieron que aceptar que el virus ya estaba diseminado por casi todo el territorio nacional infectando a la población en diferentes provincias.

 

 

Las zonas más pobres de nuestro país son las que eligió el dengue para dar sus primeros pasos: Charata y Presidente Roque Saénz Peña, en Chaco; y Tartagal, Salvador Maza, Orán y Rivadavia en Salta. Luego se dispersó a otros lugares, como Catamarca, Córdoba, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero, Tucumán, Entre Ríos y Buenos Aires, a raíz de los viajes que los ciudadanos realizaban a zonas con el brote.

El peor virus es la pobreza, y son quienes conviven con ella los que más sufren, los que no por ignorancia no previenen sino por falta de recursos, los que le temen a la enfermedad por no poder defenderse y quienes corren el riesgo de perder a sus seres queridos.

Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en Charata, donde saben que deben protegerse con repelente para salir a la calle, pero les es costoso adquirirlo; los comerciantes lo aumentaron en más de un 50 por ciento su precio. Lo mismo ocurre con el paracetamol, antifebril y antiinflamatorio, que se consume para bajar la fiebre y calmar los dolores, debido a que no pueden tomar aspirinas por el efecto anticoagulante que producen.

El génesis de la propagación de esta enfermedad es la falta de agua potable. Alrededor de 8 millones de argentinos carecen de la misma. Muchos de ellos viven en zonas de fábricas y acceden al agua contaminada, otros juntan agua de lluvia en cacharros y baldes. Suena de la prehistoria, pero no lo es. Mientras que algunas ciudades cuentan con pozos, en otras, las más, afortunadas se comparten canillas entre varias familias.

 

¿Qué es el dengue?

El dengue es una enfermedad infectocontagiosa, ocasionada por un virus y transmitida por un mosquito - vector - hembra de la especie Aedes Aegypti; se conocen 4 serotipos de esta enfermedad (DEN1, DEN2, DEN3 y DEN4).

El insecto es de hábitos diurnos, actúa durante la media mañana y el atardecer preferentemente; elige habitar lugares frescos y oscuros y su alimentación consiste en el néctar y jugos vegetales. Además, la hembra, luego de su apareamiento necesita sangre para la maduración de sus larvas.

El vector deposita sus huevos en recipientes con agua estancada pero limpia como por ejemplo, cubiertas, floreros, cacharros y latas.

El Aedes Aegypti vive poco menos de 30 días y su capacidad de vuelo es de 100 metros. Por esa razón se sospecha que la persona infectada crió en su propiedad al mosquito.



El dengue llega a la Argentina

Desde hace más de doscientos años se sabe de la existencia del dengue en el continente americano, pero la llegada a nuestro país fue en 1916, afectando a las provincias de Corrientes y Entre Ríos. Durante ochenta y dos años la enfermedad estuvo lejos del territorio argentino, si bien hubo brotes en el Caribe, Centro América y una epidemia en Cuba en 1981.

En 1995 fue creado el Grupo de Emergencia de Control de Vectores formado por los agentes de los Programas Nacionales de Control de Vectores y personal de Zoonosis Urbanas de la provincia de Buenos Aires. El instituto Nacional de Virosis Hemorrágicas, de Pergamino, ‘Dr. Julio Maiztegui’, es desde ese momento el referente nacional para el diagnóstico de certeza de dengue.

Recién en 1998 hubo cientos de casos en Tartagal, con un pico epidémico en el mes de mayo. En esa ocasión la enfermedad habría llegado desde Bolivia.

Desde allí a la fecha, el dengue tuvo varias apariciones.

 

Propagación de la enfermedad

Son varias las causas de la instalación del dengue en nuestro país, el aumento de la densidad de la población y de los mosquitos transmisores en zonas urbanas, el calentamiento global, el déficit en la información del Sistema de salud a la población y la falta de infraestructura.

El aumento de la población del mosquito se debe a la combinación de las caudalosas lluvias caídas y las fuertes temperaturas.

El calentamiento global se da por el aumento de las temperaturas mínimas que permite que enfermedades que se originan bajo climas tropicales, como el dengue, se instalen en otras zonas.

En nuestro país, al igual que en otras partes del mundo, el verano cada vez es más largo, y las temperaturas en invierno no son tan bajas como lo eran hace varios años atrás. Esto genera que el virus permanezca en Argentina y se reproduzca en las regiones cálidas, por lo que el dengue dejó de ser una enfermedad tropical para convertirse en un mal compatible con nuestro clima.

Otra de las causas es la que está relacionada con la información y prevención. Este año hubo un gran escándalo en la ciudad de Charata, donde el gobernador es Jorge Capitanich y su esposa, Sandra Mendoza, es la ministra de salud de Chaco, comprobándose que se ha fumigado con herbicida vencido.

¿Se podría haber evitado el contagio masivo del dengue si se hubiera fumigado correctamente? La respuesta certera no existe, pero si duda se podría haber disminuido el contagio.

La información es fundamental para evitar que el mal se convierta en epidemia. El control de los focos de infección, la fumigación al comenzar la temporada propicia para la aparición del vector y la falta de abastecimiento de repelente una vez que la enfermedad se ha detectado, forman parte de las causas que permitieron que el dengue esté en Argentina.

 

La enfermedad y sus síntomas



Cuando el vector hembra se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas sanas, les transmite esta enfermedad. Hay dos tipos de dengue, por un lado está el dengue autóctono y por el otro, el dengue que se contagia de una persona que ha viajado a una región con brote y vuelve a su lugar de origen e infecta a las personas de su zona.

La primera vez que una persona es contagiada por cualquiera de los serotipos antes mencionados, contrae el dengue clásico. Por lo que no volverá a padecer dengue bajo este mismo serotipo, pero sigue expuesto a cualquiera de los otros tres virus. Si esta persona vuelve a ser picada por el mosquito portador de alguno de los virus restantes contraerá dengue hemorrágico.

Dengue clásico: es una enfermedad de tipo gripal que afecta tanto a niños como adultos. Los lactantes y los más pequeños pueden presentar un cuadro febril con temperaturas muy elevadas, y algunas manchas en la piel parecidas al sarampión. En los chicos más grandes y los adultos el cuadro varia, se mantiene la fiebre alta a lo que debemos sumar fuertes dolores en la parte frontal de la cabeza, en la parte posterior de los ojos al realizar movimientos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas y vómitos.

Dengue hemorrágico: es más frecuente en niños a partir de los 2 años y adultos. El cuadro clínico es similar al de dengue clásico en sus primeros días, luego se agrava con la aparición de dolor abdominal, diarrea y aumento del tamaño del hígado. La manifestación hemorrágica más común es la aparición de manchas rojas en piernas, brazos, axilas y en el rostro. Posteriormente se sumarán sangrado de nariz, encías, estómago o de útero. Cuando cede la fiebre puede existir una abundante sudoración.

La mortalidad es muy baja en la forma de dengue clásico, el DH es mortal.

 

Prevención

La prevención es fundamental para que no se propague la enfermedad, la información es el arma fundamental con la cual se combate al Aedes Aegypti. Hay que tener en cuenta que la precaución comienza por casa.

Los mosquitos pican por la mañana o al atardecer, es por eso que es recomendable no permanecer al aire libre durante esos lapsos de tiempo, sobre todo durante los períodos de epidemia. En el caso de no poder evitarlo, lo aconsejable es usar ropa de tela gruesa, pantalones, mangas largas, y los colores de las ropas deben ser claros. Además de aplicar repelente sobre la piel que no esté cubierta por la indumentaria.

En lo que respecta a la vivienda hay que tener en cuenta varios factores para prevenir los focos de infección y la entrada del insecto al hogar, ya que como dijimos prefiere los lugares oscuros y frescos.

En cuanto al exterior de la casa, se deben evitar que tanto troncos como plantas formen lugar para la acumulación de agua, así como también ordenar todo tipo de recipientes, lo ideal es ponerlos boca abajo o cubrirlos. Además se deben destruir los desechos que puedan servir de criadero, como las cáscaras de huevo, perforar las latas de conserva y enterrar las cubiertas.

Lo que hay que tener en cuenta en el interior: en primer lugar la colocación de mosquiteros en las puertas y ventanas, si hay floreros el agua debe cambiarse cada tres días como máximo. También revisar todos aquellos lugares donde puedan haber recipientes con agua como la base de las macetas donde las plantas escurren el líquido al regarlas.

El Estado también cumple un papel importante en lo que es la información hacia la comunidad, ya que debe comunicar sobre todos los aspectos de la enfermedad.

 

Para evitar las picaduras

Entre las recomendaciones para prevenir el contagio del dengue está el uso de repelentes, ya sean para la piel, para el hogar, químicos o naturales.

Existen diversas marcas comerciales de repelentes, la mayoría contiene DEET, que por ser tóxico se recomienda que se utilicen aquellos productos que contengan hasta un 35 por ciento de este químico. Los bebés no pueden usarlos en ninguna de sus presentaciones (spray, crema, aceites, espumas, lociones) por lo que deben permanecer bajo un tul para evitar la picadura.

El de tipo natural es la citronella, una planta aromática de la cual se extrae la esencia con un olor similar al limón, que espanta a los mosquitos y a las pulgas. Existen recetas caseras para la obtención de este repelente natural.

También se puede recurrir a las tabletas, espirales y velas para mantener lejos a los temibles insectos. Además de poder mantenerse encendidos ventiladores y rociar tanto las marcos de las ventanas y puertas como los mosquiteros con insecticidas.

El uso de piretrina diluida en agua y rociada sobre los pisos dos o tres veces al día también es una opción para ahuyentar a los mosquitos, esta sustancia no es tóxica.

Además hay algunas recetas caseras pero no son recomendables como única alternativa para combatir a los mosquitos. Una de ellas es la aplicación de jugo de limón o cualquier fruta que contenga vitamina C, o frotarse vinagre de manzana u hojas de olor fuerte como la menta, laurel, cedro o eucalipto. Otra de las opciones es sahumar los diferentes ambientes de la casa con hierbas aromáticas como la salvia o el romero.

La enfermedad se aprovecha de cualquier descuido, el virus atacará a cualquier persona que esté desprevenida. La desigualdad que existe en Argentina se hace cada día más evidente, ya que si bien el mosquito se encuentra dando vueltas por todo el territorio nacional, son los más desprotegidos los que, al no tener los recursos suficientes para prevenirse, corren mayor riesgo. Para los pobres que habitan zonas con brotes es muy fácil enfermarse y muy difícil curarse.

 

Escribe: Ana Lía Kirchheimer  FUENTE: El Mercurio de la Salud  -  Ministerio de Salud de la Nación

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