22 Octubre 2016

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Opinion
Miércoles, 17 de Diciembre de 2014 22:03

LA PROBLEMÁTICA FERROVIARIA EN EL GRAN ROSARIO

por Periodismo365

La participación del ferrocarril en el total de cargas granarias que llegan al Gran Rosario, evidentemente, luce como muy baja. La cifra de 8,6 millones de toneladas sobre un total de 50 millones es una cifra que puede y debe aumentarse.

 

En una nota del 29 de agosto del corriente año, presentábamos nuestras estimaciones del movimiento de granos, aceites y subproductos que llegan anualmente a las terminales portuarias y fábricas del Gran Rosario -en la República Argentina- para ser industrializados y/o exportados. Las cifras son realmente llamativas y de gran significación: en el 2013 habrían ingresado al Gran Rosario aproximadamente 1.500.000 camiones, 170.000 vagones ferroviarios y casi 4.000 barcazas. A este movimiento de transporte debe adicionarse la entrada de cerca de 2.200 buques que ingresan al Gran Rosario a buscar granos, aceites y subproductos y a cargar y descargar mercadería de distinta naturaleza y procedencia: fertilizantes, azúcar, etc.

En dicho informe habíamos consignado que por los puertos del Gran Rosario en el año 2013 (terminales "Up River Paraná") se remitieron al exterior granos por un total 25.407.874 toneladas, lo cual representó el 63,6% del total de los granos despachados desde puertos argentinos. En lo que respecta a los embarques de harinas, subproductos y aceites vegetales, los puertos del Gran Rosario ("Up River Paraná") remitieron al exterior -en el año 2013- un total 24.694.129 toneladas de harinas y subproductos. Esto representa el 95% del total de los despachos desde puertos argentinos en dicho año.

Finalmente, en lo referido a despachos al exterior de aceites vegetales, nuestro país embarcó en el año 2013 un total de 5.185.547 toneladas, teniendo los Puertos del Gran Rosario una importante participación en el total de aceites despachados. Remitieron al exterior -en el año 2013- cerca de 4.786.042 toneladas, casi el 92% del total de aceites vegetales despachados desde puertos argentinos.

Todos estos datos nos permitieron oportunamente estimar que durante el año 2013 habrían arribado a las fábricas y Puertos del Gran Rosario aproximadamente 51 millones de toneladas de granos de origen argentino. Esta mercadería ingresó utilizando camiones, convoyes ferroviarios y barcazas. También habría llegado al Gran Rosario, granos, harinas y subproductos de origen boliviano y paraguayo por un total de 5.458.000 toneladas. En consecuencia, la llegada total de mercadería de distintas procedencias a los Puertos y fábricas del Gran Rosario para su industrialización y/o exportación habría ascendido en el año 2013 a 56,3 millones de toneladas.

Yendo a la problemática de los ferrocarriles, se estima que un 17% de las 50 millones de toneladas de granos de origen argentino habrían arribado al Gran Rosario utilizando la red ferroviaria. Se trata de aproximadamente unas 8,6 millones de toneladas de granos. Si suponemos que cada vagón puede llegar a cargar -en promedio- 50 toneladas de granos, unos 173.000 vagones ferroviarios habrían entrado al Gran Rosario en el 2013 para traer la citada carga. 

La participación del ferrocarril en el total de cargas granarias que llegan al Gran Rosario, evidentemente, luce como muy baja. La cifra de 8,6 millones de toneladas sobre un total de 50 millones es una cifra que puede y debe aumentarse. Para ello, se necesitan obras de infraestructura que permitan modificar la matriz de transporte en la zona, aumentando el uso de ferrocarril. La producción del Noroeste Argentino y del Noreste argentino que debe llegar a las terminales portuarias del Gran Rosario necesita imperiosamente hacerlo por ferrocarril y barcaza, ya que los costos de transporte son cruciales para definir la viabilidad o no de determinados cultivos en esas zonas.

Lo expuesto no debe verse como una posición en contra del camión. Es necesario mirar hacia adelante con un enfoque puesto en el mediano y largo plazo. La Fundación INAI (Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales) recientemente procedió a actualizar el denominado "Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial y Argentino al año 2023 (ERAMA 2023)", un estudio que permite identificar las principales tendencias para los próximos 10 años para el campo y la agroindustria argentina.

El ERAMA predice que en un "escenario continuación" -es decir de continuar las actuales políticas macroeconómicas y agrícolas en nuestro país y si persistieran condiciones meteorológicas normales y no hubiera cambios en el contexto internacional- la producción de granos en Argentina aumentaría de un nivel de aproximadamente 105,7 millones de toneladas en 2013/2014 a 127,9 millones de toneladas para 2023/2024. Esto implica un aumento del 2,2% anual y un crecimiento de 22 millones de toneladas adicionales en el término de 10 años.

Con este aumento en la producción de granos -factible de alcanzar- no debería existir conflicto en los próximos años entre el camión y el ferrocarril. Todos podrían operar en un sistema coordinado y operado eficientemente, con costos de transporte razonables que no desalienten la producción agrícola.

Además, la modificación de la matriz de transporte con una mayor participación del modo ferroviario, no implica que todas las terminales portuarias del Gran Rosario puedan aprovecharlo ya que no todas cuentan con acceso ferroviario. Algunos puertos de la zona seguirán sin poder recibir cargas por ferrocarril si no se realizan obras adicionales de interconexión o cambios dentro de la propia terminal. A los fines divulgativos, en el cuadro N° 1 se exponen las Terminales portuarias del Gran Rosario que cuentan actualmente con acceso ferroviario y aquellas que no lo tienen.

 

La Bolsa de Comercio de Rosario ha impulsado desde hace varios años diversas obras ferroviarias. Hay tres de ellas que se consideran de alta prioridad para el Gran Rosario:

a) Vía doble entre Rosario y San Lorenzo (en construcción y pendiente de finalización).

b) La denominada "variante Cerana", en Puerto San Martín.

c) Desvío Alvear: curva de empalme vías FEPSA - NCA.

Otras obras ferroviarias para el Gran Rosario son las siguientes:

-  Construcción de curvas empalme Cabín 8 en la ciudad de Rosario.

-  Modificación parrilla de vías en Patio Parada. Ciudad de Rosario

-  Traslado Instalación Cargas a Estación Ludueña.

-  Levantamiento de instalaciones Balanza Nueva.

-  Levantamiento de instalaciones Patio Cadenas.

-  Acceso Sur Puerto Rosario de trocha angosta.

-  Traslado Instalaciones de carga Ferrocarril Belgrano Cargas de Central Córdoba a Nuevo Alberdi.

-  Acceso con trocha angosta a terminales portuarias zona sur.

-  Enlace con una vía de trocha ancha entre ramal de línea San Martín (altura Soldini) con ramal FEPSA hacia lado Villa Diego y obras complementarias.

Es necesario reconocer los avances que ha realizado el Gobierno Nacional en la rehabilitación de la infraestructura de la línea Belgrano. En los últimos años ha llamado a licitación para rehabilitar diversos tramos de la conexión Salta - Barranqueras - Gran Rosario.

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Por Julio Calzada y Alfredo Sesé


FUENTE Y FOTOS: Infocampo - Periodismo365

Botinelli publicó en 1979 la nota titulada "Habla la madre de un subversivo". El juez Sergio Torres procesó al ex editor de Para Ti por falsear el contenido de una entrevista a Thelma Jara de Cabezas, que estaba secuestrada en la ESMA. Eduardo Blaustein analiza cómo actúo la Justicia: resolviéndolo como un "caso", sin fallar sobre "la tragedia de fondo".




Recibí la noticia del procesamiento del (…¿periodista? lamentablemente sí) Agustín Botinelli, ex editorial Atlántida, por Facebook. Acaso excesivamente amarga, mi primera reacción posteante fue esta: subrayar que la Justicia falló en el asunto tal como el periodismo resuelve las cosas: un “caso” y no lo estructural del asunto, la tragedia de fondo, la responsabilidad y complicidad de los medios argentinos, a través de sus conducciones empresarias y editoriales, con la dictadura. Es decir: se condena a un periodista, silencio sobre lo demás, descontextualización, ahistoricidad.


Agustín Botinelli, me cuenta un colega que entró en editorial Atlántida a fines de la dictadura, no era un perejil en aquellos años horrorosos de la editorial (cómo llamar a los siguientes: empobrecedores, reaccionarios). Mantenía una relación estrecha con Aníbal Vigil, con Samuel “Memoria” Gelblung (todo un espantoso caso de continuidades entre el horror y el estado presente del periodismo), con Lucrecia Gordillo, con Alfredo Serra, estrellas y jerárquicos de las revistas de la editorial. Ellos eran algo así como el think tank de Atlántida, si es que puede acudirse a esa expresión en una editorial que en los años del terror alternaba bikinis, tapas para Susana Giménez o Guillermo Vilas y horror puro. Frivolidad y la portada dedicada a Norma Arrostito que decía en letras de molde castrenses “MUERTA”, más la foto de prontuario de Arrostito (que seguía con vida en la ESMA). Editorial Atlántida solemnísima y ultra católica en sus páginas editoriales a la hora de dar la batalla contra la subversión (que si la infiltración marxista en la Iglesia, que si sabe usted dónde están sus hijos, que las postales de Para Ti contra la “campaña antiargentina”) pero festejando la muerte ajena, a contramano de ese catolicismo presunto.


Y bien, la noticia dice que a Agustín Bottinelli el juez Sergio Torres lo procesó por el delito de “coacción”. Fue por publicar en 1979 la ya célebre entrevista a Thelma Jara de Cabezas, quien se encontraba desaparecida en la ESMA y era presentada en una nota “como la madre de un subversivo muerto”. El odioso título que muchos recuerdan: “Habla la madre de un subversivo”, más el detalle singular, autoconciente, el espanto de la volanta: “Derechos Humanos”. Thelma era presentada como “una arrepentida que describía cómo la guerrilla había engañado a su hijo”. Hubo mucho de eso: hubo la tristísima nota de Clarín presentando algún presunto centro de detención limpito y bien acondicionado como un ejemplo de reeducación para los desviados. Y (Jorge) Fontevecchia negando la existencia misma de la ESMA, de puño y letra.


Botinelli, dice el despacho de la agencia Télam, “se convirtió en el primer periodista procesado por un caso de lesa humanidad”. Cierto. Añade el compañerazo y colega Pablo Llonto que la decisión constituye “un paso enorme en favor de la verdad”. Cierto también.
Pero me sigo preguntando: ¿y qué de la responsabilidad política y jurídica de los superiores de Botinelli, de los jefes de redacción, de los propietarios de Atlántida? Aquella nota suya, aunque perversa, es apenas una entre mil canalladas periodísticas generadas con entusiasmo por el 99% de la prensa argentina de la época. Se sabe de las excepciones: Robert Cox en el Herald, Walsh desde su militancia montonera, un periódico de la comunidad irlandesa, Oscar Raúl Cardoso, mucho después, desde Clarín, trayendo y llevando las denuncias sobre violaciones a los Derechos Humanos venidas desde el exterior. Carlitos Rodríguez, un histórico de Página/12, haciendo lo mismo desde una agencia humilde o desde la pura militancia o compromiso, trayendo información como se pudiera, con escasísimas chances de que nuestros medios publicaran nada. Viudas de desaparecidos recortando notas de los diarios y contrabandeándolas desde el centro del pánico para que los amigos y compañeros, exiliados en Madrid, o en México DF, o en París, pudieran armar de manera artesanal eso que Horacio Verbitsky, siglos después, llamó el mapa, o el rompecabezas del horror, y para que desde el exilio armaran sus revistitas de denuncia, sus modos de encontrar solidaridades sociales o gubernamentales.


Y Atlántida, editorial Atlántida… En mis trabajos sobre el comportamiento de la prensa argentina en dictadura siempre me costó encontrar al “peor”. ¿Fue lo peor el diario La Razón convertido en brazo mediático de la inteligencia del Ejército? ¿Fue la soltura estilística del diario La Nación negando literal y redondamente desde sus editoriales que en Argentina se violaran los derechos humanos más elementales? ¿Fue el negociado de Papel Prensa en el que se asociaron con el Estado terrorista La Razón, La Nación y Clarín?


No puedo elegir lo peor. Pero Atlántida tiene esa horrible singularidad: la liviandad de revistas para leer en la peluquería (la bikini, Punta del Este, Graciela Alfano, el chisme, las guerras de vedettes) y al mismo tiempo el ultra conservadurismo contrito. Y el contenido específico de decenas de artículos ominosos. Falsas encuestas que posicionaban bien arriba a los peores cuadros políticos de la dictadura y contraponían esos números presuntos con los decadentes políticos argentinos, los populistas, los corruptos. Los jerarcas del Proceso vendidos literalmente como “héroes”. La periodista Renée Sallas saliendo urgida a entrevistar a Adolfo Pérez Esquivel cuando ganó el Nobel sólo para vomitarle encima, del mismo modo en que Mariano Grondona escribió que ese premio era un “triunfo del enemigo”. Otro texto de Sallas, una carta pública que le escribió a Raúl Alfonsín, increpándolo por pedir elecciones más o menos en los tiempos en que Leopoldo Galtieri había dicho aquello de “las urnas están bien guardadas”. Era el discurso mismo del Proceso: nada de democracia, la democracia era una cosa más o menos decadente, habrá democracia el día en que los argentinos estemos maduros para merecerla.


Ese es otro rasgo singular del comportamiento de nuestra prensa casi hasta el final mismo de la dictadura. Grondona pidió a la sociedad, tras la derrota en Malvinas, no culpabilizar a nadie. Mantengamos ese maravilloso ejemplo de unidad que demostramos hasta ahora, lagrimeó. Ernestina Herrera de Noble, de nuevo, de puño y letra, publicó una editorial en Clarín en la que dijo que no le conformaba la idea de una Argentina democrática en la que las Fuerzas Armadas no siguieran ocupando un rol relevante. Lo tengo que escribir en cursivas: cuando a los militares no les quedaba otra salida que la retirada más o menos oprobiosa, fueron nuestros medios los que corrieron a los militares por derecha. No hay apuro, decían. Lo mismo la Sociedad Rural, título de Clarín, no se apresuren, muchachos, no adelanten las elecciones.
Buena noticia, entonces, que salgan a la luz casos como el de Botinelli y que se haga justicia. Los dueños de los medios, entre tanto, fantásticos, siempre zafando.

 

Por Eduardo Blaustein



FUENTE Y FOTOS: Infojus - Periodismo365

Miércoles, 03 de Diciembre de 2014 21:44

BRUTALES CÁRCELES DE MENORES

por Periodismo365

El experto de la Fundación Sur pone el dedo en una llaga abierta.



 

Desde un punto de vista estrictamente matemático y objetivo la Argentina es el país más atrasado y más brutal de América Latina particularmente en lo que respecta a los derechos humanos de la infancia. El record, único y absoluto en la región, de cuatro sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos entre el 2003 y el 2013, solo en esta materia, otorga a esta afirmación el carácter de crónica sobria y objetiva.

 

A la ausencia de un régimen de responsabilidad penal juvenil y en su lugar la solitaria vigencia en América Latina de un “Régimen Penal de la Minoridad” que por lo demás lleva la firma del máximo genocida de la historia de este país (el decreto 22.278 de 1980 con firma de Jorge Rafael Videla), se deben sumar la acumulación de denuncias todavía no procesadas en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Denuncias que provocan , según las palabras de un Comisionado, “que ya no sabemos cómo conmover al Estado argentino”.

 

Fiel a esta desgraciada tradición, la sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal con la firma de los Jueces Catucci Y Riggi nos acaba de regalar (con el impecable voto en disidencia de la Dra. Ana María Figueroa) el día 20 de noviembre, justamente el día en que se cumplen 25 años de la Convención de los Derechos del Niño, una perla mas en este collar de vergüenzas.

 

Para decirlo en palabras simples, el voto de mayoría, de la causa ccc 38893/2014/CPC2, con argumentos tan pueriles cuanto insuficientes, ha rechazado la incontestable facultad de la Procuración Penitenciaria, para controlar justamente el aspecto mas tenebroso de la política del ejecutivo nacional en materia de infancia: las cárceles de menores. Tomando por buena y definitiva la palabra del órgano encargado de la ejecución de la privación de libertad (la SENNAF) quien afirmó que (a pesar de la ausencia mas absoluta desde el 2008, incluso de la mas elemental información, cual es el numero de los privados de libertad), “no hay ningún agravamiento de las condiciones de privación de libertad”.

 

Para dar un broche de oro a esta triste ironía la CNCP, usando la palabra de quien justamente debía ser su objeto de control y preocupación, dio por cerrada la cuestión y confirmó el carácter técnicamente siniestro de la política oficial en esta área.

 

Una incomprensible decisión mayoritaria de la CNCP que contradice incluso los postulados mas elementales del iluminismo histórico que ya a fines del siglo XVIII propugnaba la existencia de prisiones que saliendo de la noche del Medioevo, debían poseer muros de cristal como presupuesto imprescindible de la libertad y democracia que el mundo estaba trabajosamente conquistando.

 

Hace ya muchos años que la única política de gobierno en la materia parece ser la de un secretismo y oscuridad que la negativa sistemática a cualquier forma de control no complaciente, no hace otra cosa que confirmar.

 

Este encubrimiento de la justicia y del órgano de la administración destinado sistemáticamente al ocultamiento, ha tenido consecuencias macabras. En el dia de hoy ha fallecido un menor de edad en una celda de aislamiento del “Instituto” Agote de la Ciudad de Buenos Aires, producto de las quemaduras que, ahora si, tarde y sin remedio, una justicia, esperemos menos complaciente, tendrá que investigar.

 

Emilio García Méndez (*)

(*) Fundación Sur


Brutales cárceles de menores


FUENTE Y FOTOS: MDZOL - Periodismo365

Franco Ezequiel Casco, de 20 años, apareció ayer flotando en el río. El caso tiene una larga lista de irregularidades e indiferencia: “No lo buscaron, no allanaron la comisaría donde estuvo preso, no incautaron el libro de guardia y ni siquiera apartaron a los policías de la investigación”, sostiene en esta nota Silvina Tamous.



La sombra de la policía en el crimen de otro joven

 

Un tatuaje en el brazo con el nombre de Thiago fue la pista más certera de que ese cuerpo que flotaba desde hace varias semanas en el río Paraná era el de Franco Ezequiel Casco. Un pibe pobre, de 20 años, que llegó el fin de semana del 5 de octubre a Rosario desde Florencio Varela a visitar a su familia de Empalme Graneros. El 7 de octubre perdió el tren que lo llevaba de vuelta a  su casa y no se supo nada más de él hasta ayer, cuando cerca del Parque de España encontraron un cuerpo comido por los peces flotando en el río, pero con el nombre de su hijo de 3 años grabado en el brazo.

Rápidamente, las versiones judiciales aseguraron que el cuerpo no presentaba signos de violencia, aunque dejaron en claro que por el estado en el que se encuentra necesitará otra autopsia para poder establecer la causa de su muerte.

Una larga lista de irregularidades e indiferencia no dejan dudas de que Franco murió porque era joven y pobre. Como la mayor parte de los 264 asesinados el año pasado, o como los casi 200 que ya fueron asesinados en 2014. 

Franco murió básicamente porque a nadie le importa la suerte de un pibe pobre. No lo buscaron. No allanaron la comisaría donde estuvo preso, no incautaron el libro de guardia, ni siquiera apartaron a los policías de la investigación.

El defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, es el abogado de Franco Casco. Sí, de Franco, no de la familia. Es que hasta el momento el único imputado es Franco por el delito de resistencia a la autoridad. Al reconstruir los hechos que se fueron sucediendo en los últimos 24 días, la lista de irregularidades se acumula. Y todas ellas confluyen en que el caso Casco se enmarca en la desaparición forzada de persona, tal como lo denunció Ganón en la Procuración Contra la Violencia Institucional (Procuvin).

El 7 de octubre Franco fue detenido sin motivo en la esquina de un banco cercano con la comisaría 7°. Allí “arman una causa por resistencia a la autoridad, que la Fiscalía convalida”, sostiene Ganón. Las filmaciones que registraron la escena en la que Franco fue detenido y que pertenecen al banco ya fueron borradas. Es que recién fueron solicitadas esta semana.

El 8 de octubre Franco debía llegar a Retiro. Como no lo hace, su tía concurre a la comisaría 20° de Empalme y hace la denuncia. Ese mismo día el padre de Franco, Ramón Casco llega a Rosario y comienza a buscar a su hijo. Con la foto del muchacho deambula por la Terminal de Ómnibus y llega a la comisaría 7°, donde le confirman que el muchacho estuvo detenido allí un día antes. El 12 de octubre, Elsa Godoy, madre de Franco llega a Rosario y radica la denuncia en fiscalía a cargo de Guillermo Apanowicz. “Pero nadie investiga nada, el caso recién comienza a moverse cuando gana la tapa de los diarios, a mediados de la semana pasada”. Es allí que la Fiscalía recién entra en contacto con las fotos que muestran a Franco muy golpeado y que fueron tomadas en la comisaría.

“Lo que hace el fiscal es poner la investigación en manos de Asuntos Internos y allí empiezan a plantar pruebas”, sostiene Ganón. Es que ayer el abogado Ignacio Del Vecchio, secretario de Control de la Policía, aseguró que el chico fue visto el domingo en una Iglesia Evangélica de Empalme pidiendo ropa y comida. A las pocas horas de esas declaraciones el cuerpo de Franco flotaba en el río.

Otra de las irregularidades es que cuando Franco estuvo detenido en la comisaría 7° fue revisado por una médica que firmó un informe en el que sostiene que Franco tenía golpes, estaba obnubilado y desorientado en tiempo y espacio. Sin embrago, y pese a ese diagnóstico, el chico no fue derivado a un hospital. Es más, como entendieron que ya estaba recuperado, lo pusieron en libertad. Claro que no lograron encontrar la casa de sus tíos ya que el joven no estaba orientado. Pero en vez de buscar ayuda médica, lo dejaron en la calle.

El ingreso a la comisaría también fue irregular. Figuraba como Franco Godoy, que no es su nombre. Cuando Elsa Godoy concurre a la comisaría no le muestran el libro que registra su ingreso y su egreso. Recién lo hicieron el lunes pasado, en la fiscalía. No está registrado el egreso del chico y su madre no reconoce la firma que figura en el libro.

Para Ganón el caso debe ser investigado por la Justicia Federal. “El fiscal dice que no duda de la Policía, dice que no hay irregularidades. No allanó la comisaria, no secuestró los libros, ni los GPS de los patrulleros. Es todo demasiado irregular y se enmarca en la desaparición forzada de personas”.


Silvina Tamous
FUENTE Y FOTO: Infojus - Periodismo365
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